Durante estos días se celebrará en la Audiencia Nacional de Madrid el juicio a los compañeros anarquistas Mónica y Francisco. La petición fiscal es de 44 años de cárcel por 4 delitos con los cargos de “pertenencia a organización terrorista, estragos, lesiones y conspiración”.
Casi seis años después de la construcción del denominado Caso Bombas por parte del Estado chileno, donde ambas fueron encarceladas, juzgadas y finalmente absueltas, y más de dos años después de sus detenciones en el Estado español, Mónica y Francisco volverán a estar en un tribunal ante jueces y fiscales. El proceso legal contra los compañeros ha visibilizado el trabajo de gestión conjunta de los Estados chileno y español en materia antiterrorista, acompañado del habitual linchamiento mediático propio de estos casos. Ha sido también la punta de lanza del actual contexto represivo que se abalanza contra las luchas, ya que se trató de la primera de la serie de operaciones antiterroristas preparadas por el Estado durante estos dos últimos años contra anarquistas y antiautoritarios, que han imputado alrededor de 40 personas por terrorismo.
Las operaciones Columna (la que incluye a Mónica y Francisco), Pandora, Piñata, Ice y Pandora 2, además del esperpento de «Títeres desde Abajo» (a las que también se ha vinculado en la prensa con los Grupos Anarquistas Coordinados-GAC) son un intento de destruir las ideas y prácticas libertarias. Nuestros enemigos, para que todo encaje en su retorcida mente represora, han estado ideando la estructura «perfecta» para silenciarnos y encerrarnos: un Comando Insurreccional Mateo Morral (el grupo que reivindicó el explosivo en la Basílica del Pilar, y al que acusan de pertenecer a Mónica y Francisco); el GAC (grupo al que prensa y policía han utilizado como cabeza de turco creando un monstruo «terrorista-anarquista»); y por último la organización Madre, reconocida por la Unión Europea como grupo terrorista internacional: FAIFRI (Federación Anarquista Informal-Frente Revolucionario Internacional). Así de fácil intentan montar una red jerárquica, con líderes y «mano de obra» que encaje en sus cortas y tristes miras…algo difícil de congeniar con las ideas ácratas.
Como Francisco dice en uno de sus textos «lo que estamos viviendo es un claro intento por parte del Poder de barrer y terminar con la disidencia que no se encuadra -y es contraria- a los moldes ciudadanos. O se aceptan las reglas del juego democrático y se lleva una práctica política dentro de los marcos institucionales o se va a parar a la cárcel». Manuela Carmena, hace unos meses dijo una frase reveladora en ese sentido: “Lo bueno es que jóvenes que antes llevaban su práctica política fuera y al margen de la institucionalidad hoy apuesten por ésta”.
Mónica y Francisco nunca han renegado de su anarquismo. Siempre se han mostrado contrarias a hacer de su caso un montaje al uso y apuestan por la inevitable confrontación contra el Estado. Ahora les toca enfrentarse a una Audiencia Nacional que busca rellenar el vacío que ha dejado ETA tras abandonar la lucha armada. Su juicio será el primero de una serie de procesos que se llevarán a cabo contra las más de 40 personas que hasta el momento han estado acusadas de pertenencia a organización terrorista. Si permitimos que nos amedrenten y que dejemos de luchar por lo que creemos, no habrá un «momento mejor» en el que actuar contra todo aquello que nos oprime. Y es que, simplemente, ni siquiera existirá un futuro en el que plantearse la posibilidad de luchar.
¡Solidaridad con las encausadas de Pandora I y II, Piñata, Ice (Nahuel sigue en prisión preventiva), y con todas las que luchan desde dentro de las cárceles!
¡Solidaridad y fuerza para Mónica y Francisco!